
Catrecillo
Infancia y género
La silla plegable utilizada para ir a misa testimonia la domesticación del espacio público en las primeras décadas del XX, cuando las mujeres accedieron al activismo social, sin abandonar su rol de género. El entresiglo ya contaba con una movilización de las mujeres, llamadas para recristianizar la sociedad a través de la beneficencia y la enseñanza de las niñas. El XX heredó también el intento carlista de politizar a las mujeres bajo lemas patrióticos. El siguiente periodo de movimientos revolucionarios y feminismos de izquierdas propició la profesionalización de las prácticas católicas femeninas, alineadas con la derecha. Este proceso culminó con la creación de la Sección Femenina de la Falange, heredera de un modelo de género profundamente tradicional, basado en la abnegación y la renuncia al placer. Así la clausura femenina en el jerarquizado espacio doméstico acabó siendo reforzada por los mismos marcos culturales que habían pactado su intervención en la esfera masculina.