Piezas de Casa Museu Conchita Piquer

Busto de Doña Concha Piquer
Estereotipos de género: Genio / musa
Busto de la artista Concha Piquer realizado por el escultor Alfonso Pérez (Catarroja, 1932-2013) en escayola con acabado en negro mate. Representación de Concha Piquer en su juventud, con el cabello peinado con ondas al agua y recogido en un moño bajo en la parte posterior de la cabeza. Concha fue una niña humilde que nació el 13 de diciembre de 1906 en el número 23 de la calle Ruaya de Valencia, hija de un albañil y de una modista, pudo convertirse en una artista y profesional renombrada, gracias a la sólida formación que obtuvo en los Estados Unidos de América, donde conoció un nuevo modelo de mujer, muy alejado al imperante en España en esos años. Allí aprendió a cantar,a maquillarse, a vestir con elegancia, a fumar y a conducir, así como todos los entresijos del negocio del espectáculo. Esta formación empresarial, fue imprescindible para construir una dilatada carrera profesional que le llevó a convertirse en un mito de la canción. Esta libertad con la que desarrolló su profesión, también la aplicó a su vida privada.

Concha Piquer junto al maestro Penella y un grupo de periodistas
Roles de género
Género e indumentaria
En esta fotografía, datada en 1929 y perteneciente a la vida íntima de Concha Piquer, aparece la intérprete retratada en la escalera de acceso al Balneario de las Arenas en Valencia acompañada por el maestro Penella y un grupo de periodistas. Vestida con un elegante vestido oscuro, acompañado por una rica capa ribeteada en piel y un sombrero tipo cloche adornado con flores como tocado. En la fotografía tomada en el balneario de Las Arenas en 1929, Concha Piquer posa rodeada de hombres, como ejemplo de la Nueva Mujer. Un nuevo modelo de mujer, que rompe con el papel tradicional que se le ha asignado y que empezó a participar en la vida activa de las ciudades, codeándose con sus compañeros masculinos como igual y que tuvo gran aceptación entre los profesionales y artistas, aunque también una parte de los hombres eran hostiles a la presencia de la mujer en la vida pública, puesto que opinaban que está libertad de la que hacía gala la mujer moderna iba de la mano de la pérdida de valores morales.

Concha Piquer realizando ejercicios Gimnásticos
Género e indumentaria
Secuencia de cuatro fotografías en las que aparece una jovencísima Concha Piquer de 20 años, ataviada con ropa deportiva, realizando ejercicios de gimnasia, para mejorar la flexibilidad de brazos, torso, espalda y piernas. Estas imágenes fueron tomadas durante su estancia en Chicago en el año 1926. Tras la Primera Guerra Mundial, y durante la época de los “Felices años 20”, las mujeres estadounidenses quisieron seguir disfrutando de una cierta libertad adquirida al haber tenido que asumir roles masculinos en la industria, la agricultura y la medicina, principalmente, ante la ausencia de hombres al encontrarse éstos luchando en el frente. Durante estos años, una fuerte corriente higienista impulsó la práctica deportiva femenina, ya que se demostró que hacer ejercicio físico era saludable para el individuo en su totalidad. La gimnasia y los deportes “femeninos”, así como las actividades físicas en la Naturaleza, se consideraron medios para el desarrollo físico integral no sólo del hombre, sino también de la mujer.

Máquina de escribir «Smith-Corona» con estuche
Roles de género
División sexual / generizada del trabajo
En la gran vitrina de la planta baja de la Casa Museo Concha Piquer, se exhibe una antigua máquina de escribir de la marca “Smith-Corona” con una cinta de tela bícroma en rojo y negro. El teclado es tipo “QWERTY” y está compuesto por teclas circulares negras con los números y las letras en blanco. Se guarda en un estuche rígido, de forma rectangular, con asa de plástico y cierras metálicos. Su interior está forrado con plástico a rayas grises. Sobre el carro de la máquina “Smith-Corona”, y a su alrededor, se muestra documentación de la época en la que se puede leer “Compañía de Arte Español Conchita Piquer”. Concha Piquer no fue sólo una cantante, fue una gran empresaria, disciplinada y muy ordenada, características aprendidas del « show business americano » en el que se formó cuando no era más que una adolescente. La artista, se tomaba su trabajo con una gran responsabilidad y exigía lo mismo a todos los miembros de su equipo. De hecho, en alguna ocasión despidió a un músico por llegar tarde al estreno y, si los artistas de su compañía no aparecían en escena con la ropa bien limpia y planchada podían ser multados.