Lavadero

División sexual del trabajo.

Las labores de limpieza y conservación de la ropa han recaído tradicionalmente sobre las mujeres. La colada podía hacerse en casa en lavaderos como éste o bien en barreños, lebrillos u otros recipientes, o también al exterior, en ríos, balsas, acequias o lavaderos. En las familias “pudientes”, las tareas relacionadas con la colada recaían sobre sirvientas o se recurría a lavanderas profesionales. El duro oficio de lavandera se desarrolló especialmente en medio urbano. Recogían la ropa sucia de diversas familias y la devolvían limpia unos días después. La introducción de la lavadora eléctrica en las viviendas fue vista como una auténtica revolución en el trabajo doméstico asignado a las mujeres. Hoy en día todavía lastramos en nuestra sociedad que las mujeres sean las encargadas de la mayor parte de las tareas del hogar, dedicándoles de media las mujeres españolas del doble al triple de horas que los hombres. En este marco y desgraciadamente, una parte de la publicidad de productos de limpieza continúa teniendo como protagonistas prioritarias a las mujeres, perpetuando los roles de género heredados.