Piezas del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí”

Sala de los personajes ilustres
Género e historia
Roles de género
Los términos que designan la sala de los personajes ilustres aluden a la ambigüedad del género, sin embargo todos los personajes retratados son figuras masculinas. Esta circunstancia pone de manifiesto la ausencia de célebres valencianas en la historia durante siglos, aunque algunas destacaron en diversas facetas y obtuvieron reconocimiento público, sus méritos han sido silenciados por la historia.Son varias las mujeres que merecían este lugar: Isabel de Villena (1430-1490), primera escritora conocida valenciana; Jerónima Gales, importante impresora del siglo XVI que dirigiógrandes proyectos editoriales; Margarita y Dorotea de Juanes, quienes pintaron admirablemente en el mismo estilo que su padre. Durante los siglos XVII y XVIII, las mujeres irrumpen en espacios públicos, sin embargo en el siglo XIX sufrieron un retorno a lo privado, pocas se dedicaron a actividades intelectuales pero sirvieron de precedente para aquellas, que tras la revolucion del 68, comenzaron a avanzar hacia la emancipación.

Panel de cocina
División generizada del trabajo
Dicotomías público / doméstico
Esta escena de cocina alude a los roles que desempeñaban hombres y mujeres a finales del siglo XVIII en una familia de clase baja. La clara oposición entre estas tareas evidencia que la mujer quedaba al margen de las actividades intelectuales, de ocio o ligadas al mundo exterior. La situación tradicional de la mujer la recluía en casa limitando sus funciones al ámbito doméstico y su vida social a los actos religiosos. El reformismo ilustrado supuso un cambio favorable para la mujer, aunque limitado a las clases altas. Aun así, la mujer desempeñó en esa época un importante papel en la economía del país, trabajando en tareas agrícolas, la industria textil, los talleres gremiales, el comercio o el servicio doméstico. Las tareas desempeñadas por los hombres de este panel nos remiten a la imagen de proveedor de alimento y sustento de la familia.

Fumoir
Género y clase social
Estereotipos de género: público/doméstico
En el siglo XIX fueron habituales en las residencias de la aristocracia y alta burguesía los fumoir, unas estancias de uso exclusivamente masculino. Su origen está vinculado a los clubes de corte británico, un espacio donde los hombres se reunían para fumar, hablar de negocios, jugar o descansar. Esta división entre la esfera masculina y femenina era un reflejo de la sociedad. Las mujeres dependían jurídicamente de un tutor y no tenían acceso a las mismas enseñanzas que los hombres, pues su incorporación al mundo laboral era una cuestión de necesidad o de preparación a su papel como esposa.

La primavera; El otoño
Género y clase social
Género y espacio
Estereotipos de género: Sujeto deseante / objeto deseado
Estos lienzos de Emilio Sala decoraban un célebre café valenciano, El León de Oro. Como otros establecimientos finiseculares, este también fue un foco de la vida intelectual. Los hombres, dueños del espacio público, discutían allí sobre escándalos políticos, manifestaciones culturales que ensalzaban la burguesía, oportunidades de negocio o mujeres. Todo esto bajo las miradas de las alegorías ligeras de ropa, que adornaban también las calles y las plazas de una ciudad en febril crecimiento. Entre estas decoraciones, pintadas y escultóricas, pronto proliferaron las protectoras de la industria, los bancos, las comunicaciones. Las herederas modernas de las antiguas Virtudes y Musas se dedicaron a apuntalar el orden económico sin cambiar de ropaje ni de lenguaje gestual. Así el tránsito de representaciones femeninas alegóricas a imágenes publicitarias se dio sin sobresaltos. Hasta hoy, cualquiera de las delicadas mujeres de espacios públicos de Sala podría servir de reclamo para venta de productos.

Bella herida por Cupido y El cuento de las cabras
Género y cuerpo
Género y sexualidad
Estereotipos de género: Sujeto de la Historia / Alegoría
Estos dos lienzos constituyen un ejemplo del modo en que las mujeres fueron representadas en el cambio de siglo XIX-XX. La obra de Ignacio Pinazo Camarlench supuso una renovación formal en su entorno, aunque su contenido responde a pautas comunes en las artes plásticas de aquella época. La figura femenina representada tumbada horizontalmente, reproduce una postura repetida a lo largo de la historia del arte. Fue utilizada para representar alegorías como el amor, el arte o la verdad misma. A partir de los años ochenta del siglo XX, desde la perspectiva feminista, esta misma imagen se ha relacionado con el concepto objeto sexual y con una concepción reduccionista de las capacidades de las mujeres, resumidas en su función reproductiva. En este caso el punto de inflexión está en la virginidad, la pérdida de la inocencia, que caracteriza a la pastora y que acaba de perder la Bella herida por Cupido.

Genio, Gloria y Amor (El genio poético rindiendo homenaje al amor)
Roles de género
Estereotipos de género: Genio / musa
Estereotipos de género: Sujeto / objeto
La obra El Genio, la Gloria y el Amor transmite un mensaje muy claro: gracias al amor, encarnado aquí por las mujeres inspiradoras de los poetas, el genio artístico y poético (masculino) alcanza la gloria inscribiendo su nombre y su obra en la historia. Esta escena evidencia la atribución de unos roles de género bien determinados, siendo la mujer una musa y el hombre un genio, lo cual constituye un estereotipo de género basado en una oposición binaria bastante recurrente en la historiografía del arte. Pero la crítica feminista de la historia del arte se ha encargado de deconstruir estos mitos: por una parte, rescatando del olvido a mujeres artistas y, por otra, proponiendo una nueva formar de escribir la historia del arte basada tradicionalmente en modelos heteropatriarcales.

Plato de pedida
Género y ciclo vital: matrimonio
Aún hoy en día es común que muchas familias preparen el ajuar para sus hijas. Pero, ¿qué significaba el ajuar en el siglo XIX cuando el papel de la mujer se reducía a la reproducción y la maternidad? El ajuar formaba parte de la dote que la mujer aporta al matrimonio con el fin de contribuir con las cargas comunes. La dote la otorgaban los padres de la novia o familiares y estaba compuesta (según la clase social) por ropa blanca, ropa de la futura esposa, muebles o propiedades. Era una importante estrategia a la hora de casar a una mujer y un símbolo de estatus social. Una vez casados, la gestión de esos bienes correspondía al marido, pero la propiedad era de la mujer. En caso de disolución del matrimonio o viudedad, la dote era devuelta a la mujer. Así, la dote tenía un significado especial, siendo el matrimonio una de las únicas vías “decentes” por las que una mujer podía conducir su vida, junto al convento.

Fuente
Educación y género
Esta fuente de loza estampada, procedente de la fábrica “La Amistad” de Cartagena, presenta un motivo decorativo que procede de un grabado de José Severini a partir de una ilustración de Alfredo Perea para la obra La Biblia de las mujeres de Abdón de Paz (1867). Contrariamente a la mayoría de imágenes de mujeres vehiculadas por la loza estampada cartagenera, la imagen muestra a tres mujeres en una actividad intelectual, leyendo un libro con un paisaje de fondo. La obra de Paz pretende ser una defensa de la mujer, de sus derechos y de su emancipación, intentando deshacer los prejuicios masculinos que acerca de ella existen. Esta defensa parte sin embargo de una perspectiva esencialista de los géneros, es decir que atribuye rasgos “naturales” e innatos a hombres y mujeres. La obra está además escrita desde una postura androcéntrica, es decir desde el punto de vista y experiencia masculinos.

Tocador
Espacio y género
El tocador de lujo del palacio de Dos Aguas, sede del Museo Nacional de Cerámica, está situado en la planta noble, entre la sala de porcelana y la antecámara. Antiguamente solo se podía acceder a él a través de la sala de porcelana. Desde el estrado medieval hasta el tocador y boudoir, se ha asociado a las mujeres un espacio dentro del ámbito doméstico. Así como el estrado podía tener un carácter tanto público como privado, el tocador es un espacio de retiro y aislamiento que cumplía varias funciones: social, ya que en él se recibían a amistades íntimas, de aseo personal y de estudio y trabajo. El discurso y las representaciones en torno al tocador de la mujer en el siglo XIX han tendido a privilegiar los usos relacionados con el aseo, la belleza e incluso el erotismo y el libertinaje, obviando el resto de funciones.

Salón de baile
Espacio y género
Relaciones de género
El salón de baile del palacio de Dos Aguas, sede del Museo Nacional de Cerámica, está situado en la planta noble y es la estancia de mayor representatividad social ya que estaba destinada a acoger los bailes de sociedad, acontecimiento de suma importancia social en el siglo XIX. Los bailes de sociedad ofrecidos en un ámbito privado estaban regulados por una serie de normas sociales que atribuían unos determinados roles a hombres y mujeres. Estas normas están recogidas en los numerosos manuales de urbanidad que se publicaron en España a lo largo del siglo XIX y que reflejaban los ideales burgueses. Detrás de estas normas subyacen las ideas en torno a la construcción de las identidades de género en ese contexto sociohistórico concreto.

Zafa con figura de bebedor
Género e historia
Género y cuerpo
Estereotipos de género: cultura / naturaleza
Zafa con figura de bebedor es una de las piezas más importantes del MNCV. Esta obra de cerámica andalusí fue producida en el área de Valencia en el siglo XI. Destaca por su decoración figurativa, puesto que las representaciones humanas son escasas en el arte musulmán. La figura que decora este delicado recipiente se ha descrito frecuentemente como un joven, o un príncipe, dando por hecho su condición masculina. Sin embargo, el análisis de su anatomía, actitud y vestimenta, no es suficiente para determinar su género. La realidad documentada de algunas mujeres en las sociedades palaciegas de Al-Ándalus, nos permite proponer alternativas a la tradicional interpretación que se ha dado a esta pieza. Estas relecturas no pretenden ser más veraces que la interpretación tradicional, sino contribuir a visibilizar la participación de la mujer en la historia de nuestras culturas.