
Formas de lavar
Roles de género
En este trabajo la artista Olga Olivera plantea la cuestión de las Formas de lavar lo que en realidad son estudios sobre la higiene, la que hacemos en el propio cuerpo, algo que a la vez implica procedimientos y acciones mucho más complejos a nivel social. Acciones que es necesario deconstruir. El Higienismo del siglo XIX, bajo los paradigmas de una supuesta credibilidad científica, vinculó la higiene con la moral. El Higienismo proponía no solamente la limpieza de los cuerpos, sino una única manera válida de vivir. Una vida limpia implicaba la aceptación de un modelo de familia religiosa, blanca, heterosexual, monógama, y una sexualidad dirigida exclusivamente a la reproducción, donde todo lo que se apartaba era considerado como suciedad. Bajo el paraguas de estas ideologías, que fueron aceptadas socialmente por el grueso de la sociedad, y que de alguna manera somos herederos, se construyó un modelo social basado en las exclusiones sociales. La higiene sirvió para justificar un único modelo de familia, la heterosexual, las clases sociales y las jerarquías. Se convirtió en un rasgo distintivo, visible, que diferenciaba el trabajador de aquel que no trabajaba, al autóctono del extranjero. Bajo la bandera de la higiene se justificaron también determinados comportamientos racistas al asociar pardo o negro con suciedad corporal.